Recuerdo cuando leí “El escritor de Epitafios” de Hernán
Rivera Letelier:
“De modo que aquel atardecer de finales de marzo, cuando la niña gótica
visita por primera vez el cuchitril de Escritor de Epitafios, lo que más llama
su atención, aparte de lo estrecho de la pieza, es la figura de Kots recortada
en la ventana lateral.
Ella ama los gatos.
¿Había leído el señor escritor el cuento de Edgar Allan Poe sobre un gato
negro?, pregunta como al desgaire mientras va hacia la ventana y acaricia a
contrapelo el lomo del animal y este, para sorpresa del dueño de casa, se deja
hacer flemáticamente.
Sí, lo había leído.
¿Sabía el señor que la aspirina era tóxica para lo gatos?
No, no lo sabía. Pero sí sabía otras
cosas sobre el tema gatuno, tal vez un poco más poéticas y, por lo mismo,
inútiles. ¿Cómo por ejemplo? Como por ejemplo que para el pueblo celta, los
ojos del gato representaban las puertas que conducían hacia el reino de las
hadas.”
Mis gatos no me han conducido aún al reino de las hadas, pero si me
permitieron comprender el toque mágico de los felinos.
Quizás, muchos de los que afrontan
esta lectura piensan que los gatos son muy independientes, misteriosos… como
dice el refrán: “No hay cariño más ingrato que el de los sobrinos y los gatos”. Es posible, que cambien de opinión tras el
trato directo con ellos.
En Bosques Pertierra, os mostraremos cómo es ese trato directo con nuestros
gatos en casa, os contaremos las aventuras , os daremos consejos para que no
les falte de nada... Todo aquello que gira alrededor de la convivencia y cría
con gatos.
“Un gatito transforma el regreso a una casa vacía en la vuelta al
hogar.” – Pam Brown
Un saludo.
Bosques Pertierra
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